Capítulo 20: Algunas
personas son felices de que las cosas te vayan bien.
La alta y hermosa dama
que apareció frente a Kanata para pedirle direcciones no mencionó adónde quería
ir.
Si ella se lo hubiera
dicho, él habría podido decirle cómo llegar allí o guiarla él mismo.
“Fumu… esto es
bastante interesante. Así que esto es lo que llaman la capital real.”
“¿Es esta su primera
vez aquí?”
“Uh... Primera vez en
residencias humanas… Ah… quiero decir, nunca había estado aquí antes.”
Aunque su largo
cabello negro azabache y sus ojos rojo sangre la hacían parecer una bruja
malvada, para Kanata parecía una belleza porque su belleza estaba al mismo
nivel que la de María, Alfana, Kanna y las demás, a pesar de que eran
diferentes tipos de mujeres.
“Perdón por causarte
problemas al guiar a una viajera de un pueblo tan pequeño.”
“Eso no es todo. En
cambio, es un placer para mí ser invitado por una dama tan hermosa.”
Qué cosa decir cuando
no tienes intención de hacerlo.
Kanata habló con una
expresión severa, pero la mujer no reaccionó en particular y solo lo miró con
los ojos muy abiertos.
Kanata sintió una
enorme sensación de remordimiento en su corazón por haberlo perdido nuevamente
debido a su falta de reacción.
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A partir de entonces,
le mostró los alrededores y llegó a una mayor altitud desde donde podían ver
todo el paisaje urbano.
“¡Y aquí estaba yo tratando
de destruir una vista tan magnífica…!”
“¿Que acabas de decir?”
“No es nada. Sólo
tengo algunas cosas en mente.”
Dijo la mujer y se giró
hacia Kanata.
Mucha gente tenía sus
ojos pegados a ella mientras caminaban, y no era de extrañar ya que ella tenía
un rostro hermoso y muy bien definido obligándolos a hacerlo.
Kanata se sintió
nervioso al ser observado así. Sin embargo, gracias a estar con María y Alfana,
había desarrollado cierta tolerancia hacia las mujeres hermosas.
(Qué persona tan misteriosa...
Pero me pregunto si ella es realmente una humana.)
Kanata estuvo
asombrado por un tiempo.
La mujer frente a él
no se veía muy diferente de una humana... Es solo que su apariencia seguía
siendo irreal para un humano.
Ella también tenía un
aura sutilmente diferente a la de las personas que había conocido hasta ahora.
“¿Eres… realmente una
humana?”
Entonces él preguntó
por curiosidad, lo que hizo que ella abriera los ojos con sorpresa y ella
respondió:
“Gracias al objeto
mágico que me dio mi subordinado, se supone que debo tener exactamente la misma
apariencia que una humana, pero no pensé que lo notarías tan pronto. ¿Quizás
fue por amor?”
“¿Qué quieres decir…?”
“Fufufu… de todas
formas, se siente tan bien. Ya veo… ¡Tiene que serlo!”
Se parecía a cualquier
mujer que verías sonrojarse porque estaba feliz.
Kanata no supo qué
decir en respuesta, así que sólo pudo continuar observando en silencio mientras
ella sacudía sus hombros y reía.
“Lo lamento. Me sentí
muy feliz.”
“De todos modos, dicho
esto... ¿No eres realmente una humana?”
La mujer asintió ante
su pregunta.
Después de confirmar
que no había nadie cerca y que no había ningún hechizo mágico de vigilancia en
funcionamiento, se quitó el anillo de su dedo.
En ese momento, la
mujer desató una abrumadora presencia demoníaca.
Era la misma presencia
que el hombre que se había llevado a Águila antes, prueba de que la mujer
frente a él era un demonio.
“Déjame decir mi
nombre una vez más. Mi nombre es Shrouza, un humilde demonio.”
“Hm… y yo soy Kanata.”
“Kanata… ¿Eh? Uh…
¿Está bien si te llamo así?”
“¿Eh? Sí, está bien.”
Kanata no tenía ningún
problema en si alguien lo llamaba con san, kun o lo que sea.
Shrouza luego chasqueó
los dedos y el área que los rodeaba se volvió negra.
“Ahora estamos
desconectados del mundo exterior. Como puedes ver, somos los únicos aquí.”
“Eh... ¿Existe magia
como esa?”
Kanata también comenzó
a estudiar magia cuando llegó a la academia.
Había mucha magia en
este mundo que no conocía, lo que hizo que el corazón de Kanata latiera aún más
rápido de emoción.
“Entonces Kanata…
déjame preguntarte una cosa, ¿Qué piensas de los Demonios?”
“¿Demonios, dices?”
“Sí.”
Kanata reflexionó
mientras se cruzaba de brazos, ya que la pregunta no era algo que esperaba.
Cuando se le preguntó
qué pensaba sobre los demonios, no tenía nada en particular, ya que, en primer
lugar, no sabía mucho sobre ellos.
“Personalmente no creo
que sean diferentes. Parece que los humanos y los demonios han estado luchando
entre sí durante mucho tiempo, no tengo idea de por qué, ya que no sé nada
sobre el pasado.”
“Hm…”
“Sería mejor si
pudieran llevarse bien, ya que es mejor que pelear y que alguien muera. Cuando
alguien muere, alguien se pondrá triste y estoy seguro de que ocurre lo mismo
con los demonios, ¿Verdad?”
“Sí. Así es. Lloramos
cuando nuestros amigos mueren.”
Poder hablar así
demuestra que los demonios también tienen corazón.
La historia podría
haber sido diferente si Kanata no se hubiera reencarnado y hubiera nacido en un
mundo con educación obligatoria que decía que los demonios son malvados. Sin
embargo, Kanata nunca miró a un lado u otro.
“Fufufu… tienes buen
ojo.”
“¿Qué pasa con eso?”
“Aun así, Kanata,
tienes un gran poder mágico en ti, ¿No?”
“¿¡…!?”
Esas fueron las
palabras dichas con convicción.
Básicamente, el poder
mágico se mide para conocer la fuerza de un individuo, pero tal vez los
demonios puedan medir la calidad del poder mágico de los demás con su
intuición.
Para respaldar esto, Shoruza
explicó.
“Nosotros los demonios
podemos ver la intensidad de la magia que tiene un individuo. Y Kanata, tienes
mucho más poder mágico que yo. Nunca pensé que hubiera un individuo como tú.”
“¿Cómo cuánto más vez…?”
“No sé. Ya que no
puedo ver el límite.”
Aparentemente, ella
era consciente del poder mágico ilimitado que tenía Kanata.
No podía ver el
límite, pero no parecía reconocerlo como infinito. Probablemente no se le
ocurría la idea de un poder mágico infinito.
Era de sentido común
en este mundo que no existía el poder mágico infinito.
“Ya veo... eso tiene
sentido.”
“Oye… ¿Sobre qué has
estado murmurando por un tiempo?”
“No te preocupes por
eso. Hablar conmigo mismo es mi pasatiempo.”
“Ya veo.”
Shrouza luego caminó
hacia Kanata y le tendió su mano de piel morena, y Kanata naturalmente la tomó.
“Kanata, piensas lo
mismo, ¿Verdad? Así es como los demonios y los humanos pueden trabajar de la
mano.”
“Sí, sé que va a ser
difícil. Puede que sea un camino difícil, pero sé que podemos hacerlo.”
“Ciertamente… así
tiene que ser.”
La mano que sostenía
estaba fría, pero no se diferenciaba de ningún modo alguno de la de un humano.
Entonces Kanata
decidió mencionar un nombre: el de Haishin, cuyo nombre creía que nunca debía
ser revelado.
“Sabes, incluso
Haishin, que actualmente es popular entre los humanos, dice eso. Me pregunto
qué tan pacífico sería si los humanos y los demonios pudieran entenderse. Ah,
también soy de los que desean eso.”
Cuando él le dijo eso,
ella se sorprendió por alguna razón, pero pronto, sacudió los hombros y se echó
a reír.
A Kanata le preocupaba
que pudiera haber dicho algo extraño, pero Shrouza se excusó y se disculpó.
“Yo también soy
seguidora de Haishin, ¿Sabes? Seguramente yo tuve el mismo pensamiento… no,
gracias a él comencé a pensar así.”
“Oye… Shrouza,
¿Haishin es famoso en el lado de los demonios?”
“¿Famoso? Es tan
famoso como yo, pero es especialmente popular entre la generación más joven.”
“Es así...”
“Aunque no es popular
entre los viejos testarudos, ya comencé a limpiarlos.”
“…”
Sintió como si hubiera
escuchado algo que no debería haber escuchado. Aun así, le hacía feliz saber
que también era popular del lado del demonio.
Para usar una analogía
de su vida anterior, es lo mismo que le dijeran que era popular no sólo en
Japón sino también en el extranjero.
“La Tierra de los
Demonios… ¿Eh? ¿Me pregunto qué tipo de lugar es?”
“¿Quieres ir?”
“¿Eh? ¿Usted puede
hacer eso?”
“¡Hm! ¡Recibirás un
pase prestigioso si estoy aquí!”
“¡Oye, muy cerca!
¡Estás demasiado cerca!”
El corazón de Kanata
latió con fuerza cuando Shrouza se acercó a él cerca de su cara.
De alguna manera,
logró poner fin al asunto diciendo que vendrá la próxima vez que tenga la
oportunidad.
Shrouza luego regresó
al lado de los demonios después de prometer que se encontrarían nuevamente. Y
así, el misterioso día de Kanata llegó a su fin.
Se sabe que existe un
rey demonio, pero nadie sabe cómo se llama. Conocer a un demonio no significaba
que fuera un rey demonio, por lo que Kanata no estaba consciente del hecho
obvio de que Shrouza era el rey demonio.
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Bien. Habían pasado
unos días desde ese encuentro con Shrouza, y los días de Kanata seguían siendo
los mismos. También estuvo transmitiendo hoy.
¡Bien
entonces, eso es todo por hoy! ¡Que todos duerman un poco…!
Dijo esas palabras en
la terminal y su tiempo como Haishin terminó.
Kanata estiró los
brazos y se reclinó contra la silla tan fuerte como pudo.
En ese momento lo vio.
“Eh…”
“Fuhe… ♪.”
Una mujer vestida de
negro estaba pegada al techo en una posición despatarrada, al igual que G, una
presencia aterradora que había aterrorizado a la gente desde la antigüedad en
su vida anterior.
Tenía un rostro muy
bien definido, pero la forma en que miró a Kanata con una sonrisa torcida lo
arruinó todo.
“…”
“Ah… glu glu…”
La baba goteaba de la
boca de la mujer. Cayó directamente sobre la frente de Kanata.
Kanata no pudo
reaccionar mucho y se quedó inmóvil, pero poco a poco recuperó la compostura y
logró abrir la boca.
“¿Quién eres tú?”
Cuando él preguntó eso
y la señaló con el dedo, ella aterrizó maravillosamente en el suelo con un
movimiento que incluso haría estremecer a una gimnasta.
“Encantada de
conocerte, Haishin-sama. ¡No soy una persona sospechosa, sino una fan!”
Y Kanata replicó con un
tsukkomi, diciendo: “¿Quién eres tú para hablar así?”
NT: el tsukkomi se trata de una
de las artes interpretativas orales de Japón, generalmente llevada a cabo por
dos comediantes, que hacen payasadas.
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