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viernes, 5 de abril de 2024

Sociedad Secreta 151

 

Capítulo 151: El hombre ideal.

 

Punto de vista de Margaret.

 

Honestamente… lo que acabo de decirle a mi hija es mentira, y me basé en mi criterio como Margaret, la madre de Karendoll, después de mucha investigación.

 

De hecho, mi hija, que nunca antes había estado interesada en los hombres, de repente comenzó a volar, y cuando investigué un poco para ver qué estaba pasando, descubrí en menos de un día que estaba perdidamente enamorada.

 

Al principio, parecía que mi hija ni siquiera era consciente de su amor por el hombre del que estaba enamorada, y era muy lindo mirarla desde lejos, pero como madre, tenía algunas preocupaciones.

 

También era posible que un hombre la engañara, ya que hasta ahora no entendía a los hombres.

 

Estos hombres suelen tener experiencia en los caminos del amor y no tendrían dificultad en desempeñar el papel del hombre ideal imaginado por Karendoll.

 

En ese momento, estaba tan preocupado que pensé que se me haría un agujero en el estómago.

 

Y cuando le pregunté a su padre, me dijo: “Si no es basura, que se casen como están ahora.”

 

En ese momento, incluso critiqué a mi esposo diciéndole: “¿No es linda nuestra Karendoll?”

 

Pero dijo: “Si continuamos mimándola y criándola como el ángel que es ahora, es posible que realmente permanezca soltera. ¿Quizás deberíamos ser nosotros los padres quienes separemos a nuestros hijos de nosotros? ¿No queremos ver a los hijos de Karendoll?”

 

Tampoco pude encontrar las palabras para responderle.

 

Más bien, las palabras acerca de que los padres tuvieron que separarse de los niños fueron las que se quedaron grabadas en lo más profundo de mi corazón.

 

Con la ayuda de mi esposo, ni siquiera tuve que investigar para descubrir que el interés amoroso de Karendoll era Kaisar.

 

Sin embargo, cuando traté de averiguar qué tipo de persona era Kaisar, no pude obtener ninguna información.

 

Todo lo que sabía por los rumores era que era una persona de la peor personalidad.

 

Si hubiera sido hace un tiempo, lo habría juzgado como un hombre con una personalidad ruda que vive una vida perezosa bajo su autoridad paterna.

 

Sin embargo, ver a Karendoll llorando toda la noche y diciendo: “Perdí contra ese Kaisar...”

 

Mi hija, que estaba más orgullosa de su capacidad de ser la mejor en la escuela que de ser hija de sus padres, había perdido ante ese hombre.

 

Me convencí de que debía ser bastante bueno ya que escuché de ella que ni siquiera podía darle un golpe ni una vez.

 

Era claramente desconcertante ver a alguien con una personalidad que normalmente sería ruda y perezosa ser más fuerte que mi Karendoll, que practicaba mañana y noche todos los días. Era natural suponer que algo andaba mal con los resultados de nuestra investigación.

 

Kaisar estaba ocultando algo.

 

Y no me llevó mucho tiempo darme cuenta de ello.

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