Capítulo 169: Eso es todo.
Creo que sí, pero será un asunto posterior.
Sin embargo, le había explicado claramente a
Su Alteza Claude que había hecho un contrato espiritual en lugar de un árbitro
para este duelo. Además… Su Alteza Claude había aceptado esto y se fue sin
preguntarme sobre las desventajas de romper el contrato espiritual o cometer un
acto repugnante, lo cual hizo. Como resultado, fue el propio Su Alteza Claude
quien rompió las reglas del contrato espiritual.
Además, debido a este juego sucio, el ganador
de este duelo fui yo. Iba a recibir todo lo que tenía Su Alteza Claude (aunque
supongo que ya no había nada bueno en ello). Es decir, dado que Su Alteza
Claude perdió el duelo por incumplir el contrato espiritual, todo lo que Su
Alteza Claude debe me pertenece.
Eso es exactamente lo que significa estar del
lado receptor.
Lo siento por él, pero supongo que se lo
merece todo.
Yo fui quien animó a Su Alteza Claude a
decidir en qué quería apostar en el duelo, y fui yo quien hizo el contrato espiritual
sin su permiso.
Pero no hice nada malo.
Y aunque sea un demérito, no significa que
vaya a morir. Lo único que va a desaparecer es su autoridad.
Mientras miraba en la dirección a donde huía
Su Alteza Claude, viéndolo desaparecer gradualmente, de repente noté una
conmoción sobre mi cabeza.
Cuando levanté la vista para ver qué estaba
pasando, vi tres dragones con hermosas escamas negras, blancas y rojas a punto
de descender, discutiendo entre ellos.
Quiero decir, ¿Es mi imaginación o ese dragón
negro me resultara familiar?
“¿Qué, papá? ¡No me digas que estás bajo el
mando de un debilucho! ¡Es demasiado tonto!”
“¡Vamos! ¡Faruru! ¿Cómo te atreves a hablarle así
a tu padre?”
“Pero…”
“¡Deja de quejarte! Es cierto que ese humano
parece débil, y puede que lo sea… ¡Pero aun así le dio un equipo que mi marido
puede usar! Incluso si te burlas de él en tu corazón… ¡No lo digas en voz alta!
Después de todo, él sigue siendo tu padre, Faruru. Y aunque sea cierto, hay
mejores maneras de decirlo.”
“¡Ustedes dos! ¡Te lo ruego, por favor no
digas nada que pueda avergonzar a mi maestro! Puedes decirle lo que quieras a
tu padre, pero si mi maestro escuchó lo que dijiste antes sobre deshonrarlo… ¿Cómo
asumirás la responsabilidad por ello?”
“¡Entonces lo pisotearé!”
Quiero decir, puedo oírte.
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