Capítulo 08: Cuanto más corre tu presa, más la deseas.
“Por cierto, Carol… ¿Estarás bien? Es decir,
aunque las sirvientas estén contigo, andando por ahí a estas horas... tu
familia estaría preocupada.”
Dije apartando ligeramente la mirada de Carol.
“Normalmente estarían muy preocupadas… pero
ahora que estoy con Haruto-sama… ¡Ya no importa! Pero…”
“¿…?”
Carol se mostró entusiasmada al principio,
pero al final de la conversación, perdió la confianza. Así que la animé a
continuar con una mirada.
“Quizás me dé un poco de miedo volver a casa así
en medio de la noche …”
Apartó la mirada y me dirigió una mirada de
pánico. Quizás debido al brillo de antes, sus mejillas estaban ligeramente
rojas como la cereza, sus ojos estaban húmedos y sus labios temblaban.
…
Esta chica vino a verme. No pensé que hubiera
venido hasta aquí si yo hubiera estado ahí para ella al final.
Estaba seguro de que había venido a mi puesto
después de enterarse ayer por la jefa de las doncellas, Siesta. Pero no pude
montarlo hoy porque tenía una misión pendiente.
“Te he estado buscando durante mucho tiempo…”
La frase que pronunció tan pronto como me vio,
corriendo hacia mí.
No debería molestar a Carol más de lo que ya
lo hacía.
Supongo que podría decir que tuve algo que ver
con que ella estuviera aquí tan tarde.
Así que asumí la responsabilidad de devolverla
sana y salva.
Pensando esto, hablé con la hermosa muchacha
que miraba a lo lejos con una expresión triste en su rostro.
“Te llevaré a casa.”
“¿Eh?”
“Sé que es como una hora de camino, pero no
puedo dejar que Carol se vaya a casa así. Ese incidente ocurrió hace poco. Así
que te llevaré a tu casa.”
Los ojos de Carol se abrieron mientras se
alborotaba la parte de atrás del cabello y preguntaba…
“¿Estás de acuerdo…? No puedo molestar a
Haruto-sama...”
“Ya terminé de trabajar, así que no tengo
mucho que hacer esta noche. Ah, quizá cene algo, ya que se me cayó el panqueque
de calamar.”
“Bueno… te creo… muchas gracias.”
“Estoy bien. Cuando entrenaba, tenía que
cargar cosas pesadas a la espalda y correr decenas de kilómetros. Y tampoco es
tan lejos.”
“¿Entrenamiento?”
“Oh, lo siento. Soy un exsoldado, así que te
conté sobre el pasado. No te preocupes.”
Sí. No sería nada divertido hablar con esta
hermosa chica sobre mi tiempo en las Fuerzas Especiales. Pero Carol dijo algo
que no esperaba.
“¡Tengo mucha curiosidad por saber qué clase
de soldado era Haruto-sama! Si no le importa, me gustaría...”
GRR…
Un sonido salió del estómago de Carol.
“¡Kya! Esto no es... uh...”
Carol parecía tener tanta hambre como yo.
Quizás las dos sirvientas que esperaban afuera también tenían hambre.
Entonces iba a…
Con una mirada satisfecha en mi cara,
pregunté.
“¿Qué tal un poco de takoyaki?”
“¿Tako? ¿Yaki?”
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“¿Qué es esto? ¡Esto! ¡Nunca había probado
nada tan rico!”
“Señorita Carol, tiene la boca manchada.
Normalmente se ve tan elegante...”
“Y aun así… esta comida es realmente
maravillosa. Tiene una forma redonda y muy tierna, pero por fuera es crujiente
y por dentro es suave y... ¡Caliente!”
Carol y las dos sirvientas comían takoyaki con
deleite. Disfrutaron de la comida que preparé. Sentí que solo con eso me
satisficí.
“Menos mal que lo tenía conmigo.”
Dicho esto, comencé a devorar el takoyaki
también.
Ella estaba muy bien desarrollada y recta,
aunque su cabello era corto y ella aún era muy joven en comparación con su
madre, Agnes, y su hermana, Alicia.
Si tuviera una hermana… ¿Sería como ella?
Bueno, sí una chica tan hermosa y linda fuera
mi hermana, pensé que sería mucho trabajo. Pero cuando vi la sonrisa de Carol,
sentí en mi corazón mucha alegría por haberlas ayudado.
Lo que oirás en esta sala de recepción será el
sonido de la masticación modesta de tres mujeres y la masticación de un hombre saludable.
Fue como ASMR, fue muy cómodo de escuchar y
antes de que nos diéramos cuenta ya habíamos terminado nuestro takoyaki.
NT: ASMR significa Respuesta Sensorial
Meridiana Autónoma (Autonomous Sensory Meridian Response, en inglés). Es
una experiencia sensorial y psicológica que puede incluir sensaciones de
hormigueo, relajación, bienestar y calma, que se produce en respuesta a estímulos
auditivos, visuales o táctiles específicos.
Después de hablar un rato los cuatro tomamos
unas bebidas y luego le pregunté a Carol.
“¿Deberíamos irnos?”
“¡Sí!”
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Mientras caminábamos, Carol y yo hablamos de
muchas cosas. Hablamos del misterioso grupo que atacó la villa, de información sobre
el país, de la familia Medici, etc. Dos de las cosas más memorables que
comentamos fueron…
cuando mencionó que el esposo de Agnes-san
murió mientras protegía a las tres, y como mencionaron antes, las tres bellezas
Medici, incluida Carol, querían pagarme.
Le respondí que no tenían que preocuparse por
nada más en cuanto a devolver el favor, pero Carol se mostró terca.
Pero… aun así ¿No trajo un carruaje o algo?
Bueno, después de caminar una hora, nos
topamos con algo que nos resultaba familiar. Era la casa de la familia Medici,
donde ocurrió el incidente.
En cuanto la persona que parecía ser la
portera nos vio, ladeó la cabeza. Pero pareció comprender la situación de
inmediato y nos abrió la puerta rápidamente.
Nos detuvimos frente a una puerta que daba a
un precioso edificio que parecía un castillo. Las dos sirvientas que nos habían
acompañado todo el tiempo entraron corriendo. Me pregunté por qué habían
entrado primero cuando podrían haber entrado juntas, pero… bueno, supongo que
había muchas razones para ello. Carol y yo nos quedamos atrás. Alguien debería
venir a recogernos pronto. Se acercaba la hora de despedirnos.
Mientras me preparaba para esto, se abrió la
puerta.
Dos damas salieron con vestidos fáciles de
mover. Alicia, con un vestido azul, y Agnes-san, con un vestido beige.
No había en sus rostros el miedo que había
visto antes. Y en cuanto vieron mi rostro, sus ojos azules y esmeralda se
humedecieron con la boca entreabierta.
“Usted… Harutou-sama…”
Agnes-san me hablo, temblando por completo,
como si hubiera recibido un susto. Su expresión era dolorosa y su voz temblaba.
Cuando la gente reaccionó así, no pude
evitarlo.
Así que respondí mientras capturaba sus
hermosos ojos esmeralda.
“Me alegro de que estén sanas y salvas.”
Relajé mi rostro y Agnes-san, todavía
incrédula, murmuró.
“Eres realmente… realmente tú…”
“¿…?”
Ella vino hacia mí con paso ligero, y luego…
Ella me abrazó.
“¿¡…!?”
Mi cuerpo se hundió sin cesar al ser abrazado
por una mujer extraordinariamente hermosa. El abrazo de Agnes-san era tan suave
y delicado que debería poder quitármela de encima cuanto quisiera. Sin embargo,
como si una cadena invisible me retuviera, no pude liberarme. Mientras luchaba
contra ese dulce aroma y tacto, escuché su hermosa voz en mi oído.
“Muchas gracias por salvar a mis niñas…”
No pude responderle. Como dije antes, en parte
se debía a su belleza.
Pero más que eso.
Como rebosaba de un amor sincero por sus dos
hijas, me quedé sin palabras con ese amor maternal. No podía creer que hablara primero
de sus hijas y no de ella misma...
No pude evitar estremecerme un poco. Sentía
como si algo negro y oscuro se agitara dentro de mí...
Pero el cuerpo tan suave de Agnes-san absorbió
toda mi inquietud. Sin embargo, Agnes-san, al notar que algo andaba mal, me
miró a la cara y se apartó con suavidad.
“Lo siento. Lamento mucho haberte mostrado mi
aspecto tan vergonzoso...”
“No, estoy bien. Tu reacción es justificada.”
“Me alegro mucho de que hayas dicho eso…”
Un aire relajado inundó la habitación. Como la
conversación había terminado, estaba aturdido y me preguntaba si debía ir al
grano.
Estaba un poco preocupado, pero Alicia, que
estaba junto a Agnes-san, me miró fijamente todo el tiempo y no dijo nada.
“Ah… por cierto, todavía no me he
presentado... Soy Agnes de Medici, la duquesa de Leinster.
Agnes-san se presentó cortésmente con una
reverencia. Temía que el malvavisco, que era demasiado grande, me atrajera la mirada,
pero intenté mantener la compostura.
“Mi nombre es Alicia de Médici…”
Alicia, que me había estado mirando todo el
tiempo, dijo en voz baja. Si era cautelosa o tímida, era difícil interpretar su
comportamiento.
Soy Haruto Takatori. Takatori es mi apellido y
Haruto es mi nombre. Si te resulta complicado, puedes llamarme Haruto, como ya dije.
“Sí. La jefa de sirvientas me ha contado mucho
sobre Haruto-sama.”
“Jaja… la historia avanzara rápido entonces.”
Mientras Agnes-san y yo estábamos hablando,
Carol se acercó a Alicia y exhaló con una expresión desenfrenada en su rostro.
Alicia seguía mirándome como siempre. No pude
evitar sentir algo más pesado, como cuando Carol me dirigió la misma mirada en la
posada donde me alojaba hace apenas unas horas.
Pensé que ya era hora de irme. No es bueno
quedarse mucho tiempo.
“Ya es tarde, es hora de volver.”
“¿Por qué? ¿Ya?”
“Sí. Ya que Carol ha regresado sana y salva,
tengo asuntos que atender mañana.”
“¿De verdad? Siento mucho tener que dejarte.”
“Jajaja…”
“Me hubiera gustado tomar una taza de té y
conversar largamente contigo, pero si tienes asuntos que atender, no te culpo…”
Sentí como si la voz de Agnes-san me
conmoviera el corazón. Agnes-san parecía decepcionada, pero al ver su expresión
cautivadora, sentí que me atraparía, así que aparté la mirada y respondí.
“Bueno, entonces…”
“Señor Haruto.”
Justo cuando estaba a punto de darme la
vuelta, Agnes-san preguntó.
“¿El puesto estará abierto de nuevo mañana?”
“No podré hacerlo mañana.”
“¿Y qué pasa pasado mañana?”
“Quizás pueda hacerlo pasado mañana.”
“Pasado mañana… supongo.”
“¿Pasa algo?”
“¡No, buena suerte con su trabajo! ¡Ah, la gratificación,
tengo que traerla!”
“¿Gratificación? ¡Ah! ¡No, está bien! ¡No
quiero eso!”
“Es indigno de mí, como noble, no dar nada a
cambio cuando has salvado nuestra vida, incluidos nuestras sirvientes.”
“De verdad, está bien. Si quieres agradecerme,
ayuda a alguien más, no a mí. Estaré feliz con eso.”
“Señor Haruto…”
“Bueno, nos vemos pronto.”
Las dejé así y me alejé.
₪₪₪₪₪
Tres hermosas mujeres quedaron atrás. Se
quedaron mirando la espalda de Haruto y exhalaron.
Parecían tristes, como si recordaran una época
pasada, pero había esperanza para las tres.
Lo volverán a ver.
Querían llevarlo a un pantano rosa donde
quedaría atrapado para siempre.
Después de experimentar de primera mano lo que
dijo e hizo hoy, las niñas se convencieron de su esperanza.
“Carol.”
“Sí, hermana.”
“Me gustaría que me contaras qué pasó con
Masta… Haruto-sama... y me gustaría escucharlo con detalles.”
“En realidad, también quería que mi querida
hermana Alicia lo supiera todo...”
“Vamos a mi habitación entonces. Hace tiempo
que no hablamos en toda la noche. Me duele la piel, pero no me importa. Quiero saber
más sobre Masta... Haruto-sama.”
“Sí… Querida Hermana Alicia…”
Las hermosas hermanas rosas comenzaron a
caminar hacia su habitación con una mirada extática en sus rostros, como si estuvieran
poseídas.
Agnes se quedó sola.
Su cuerpo temblando, Cuando abrió la boca, su
saliva tiró como hilos.
“Haruto-sama… cuando reaccionas así, me dan ganas de más… Hacía mucho que no tenía esta sensación. Me alegro mucho de verte… Fufufu...”
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