Capítulo 205: Dos ráfagas de sonido.
¿Qué tan tonta puedes ser…?
No importa lo fuerte que sea, trajimos a diez
de los hombres más poderosos del Reino a esta habitación como guardias en caso
de una emergencia.
Al ver que aún no se ha dado cuenta de esto,
probablemente piensa que es solo una discusión entre nobles y realeza, y es por
eso que puede hablar de ello sin prisas.
En primer lugar, como quien organizó la
División Oscura del Reino, actuaría y hablaría con un poco más de cautela si
supiera sobre ello.
Pero a ella no le importó en absoluto.
Parecía que se estuviera burlando de todos
nosotros. Sin embargo, sus proporciones son de un nivel muy alto y su belleza
es tal que incluso se podría decir que es una belleza del más alto calibre.
Pero también es una pena destrozar su orgullo
hinchado y matarla después.
Antes de eso, deberíamos amputarle sus
extremidades para que no pueda escapar, y luego la domesticaremos hasta que nos
cansemos de ella.
Mientras pensaba en ello, oí dos ráfagas de
sonido seco.
El sonido provenía de su dirección y parecía
originarse de un objeto negro en forma de L que sostenía.
Empezó a salir humo por el extremo y ella lo
expulsó con un soplo de aire.
“¿Qué diablos estás…?”
“¡Argh…! ¡Duele, duele!”
Justo cuando estaba a punto de preguntar qué
diablos había hecho, Su Majestad el Rey de repente gritó de dolor y se desplomó
al suelo.
Ordené a sus hombres y guardias que protegieran
a Su Majestad el Rey con mis ojos y luego le pregunté.
“¿Qué demonios hiciste? Su Majestad el Rey
debería haber tenido un objeto mágico en su poder que tuviera el efecto de
anular la magia tres veces en caso de una emboscada. A pesar de eso, la magia
que desataste claramente funcionó. ¿Qué demonios hiciste?”
“¿Qué? ¿Eres idiota? No hay forma de que
alguien revele sus secretos al enemigo tan fácilmente. Ah, por cierto, sabía
que Su Majestad el Rey tenía un objeto de tesoro nacional para la autodefensa y
que la magia no funcionaría en él. Apunté a Su Majestad el Rey para que le
fuera más difícil salir de esta habitación. En primer lugar, como el que está a
cargo del equipo de reconocimiento de la Rosa Negra, me enteré de esas cosas
hace mucho tiempo, ¿Ya sabes?”
“¡Gr… nunca te perdonaré por burlarte de mí…!”
“En efecto. Sin embargo, no importa lo que digas de nosotros, eso no cambia la situación actual.”
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